Johana Murcia Rocha
En las ciencias
exactas, la actividad experimental es fundamental para la comprensión de
cualquier fenómeno ya sea desde la física, la química, la biología etc. Y es
así debido a que ella permite, en primera instancia, obtener información sobre
el acontecimiento en particular y a partir de esto, tener una mejor comprensión sobre (para
nuestro caso particular) las leyes físicas detrás del fenómeno.
Ahora, cuando en
el aula de clases se realiza o se lleva a cabo algún tipo de actividad
experimental ( mecánica, electromagnética, etc.) por lo general es de tipo
recetario, es decir, al estudiante se le da una guía para que siga un paso a
paso. En este tipo de actividad se
evidencia poca o nula participación de los estudiantes, ya sea en proponer un
diseño o, en la solución de un problema relacionado con el montaje experimental.
Por otro lado,
este tipo de actividad experimental demanda en los estudiantes una carga
cognitiva muy grande debido a la cantidad de procesos que deben realizar (Seguir
instrucciones, plantear hipótesis, manipular el aparato experimental, hacer
mediciones, interpretar datos obtenidos,
etc.) generando en algunos casos desmotivación por la gran carga de trabajo y
quizás poco aprendizaje significativo.
Entonces, ¿Cómo
facilitar la actividad experimental en el aula y permitir que el estudiante
tenga una actitud más participativa en esta?
Al implementar
simuladores en el aula se eliminan algunos pasos que los estudiantes deben
realizar permitiendo que se centren más en el fenómeno y en su explicación,
explorando qué tanto conocen o no de la teoría que se está corroborando.
Además, los
estudiantes tienen más control del experimento en cuanto a las variables que
puede modificar, al grado de complejidad o a las condiciones que se le dan al experimento,
pueden mejorar los diseños
experimentales sin correr riesgo alguno y proponer sus propios diseños.
Con lo anterior no
quiero decir que la actividad experimental hecha en un laboratorio no sea
importante, de hecho el estudiante necesita relacionarse con la teoría y esto
se logra experimentando, lo que quiero dejar en manifiesto es que en la
simulación los estudiantes adquieren una habilidad de pensamiento propio y
pueden intentar lo que se les ocurra generando ciertas destrezas que pueden
llevar a cabo en una actividad experimental real.
Pero no solo las
simulaciones traen consigo las ventajas mencionadas anteriormente, por ejemplo en
el campo de la astronomía, estas permiten que tanto estudiantes como maestros
puedan visualizar fenómenos que no se
pueden ver directamente (evolución estelar, choques entre galaxias, dinámica de
cuerpos, etc.), se puede decir que, las simulaciones intentan cerrar la brecha
entre el aula de astronomía y el universo.
Para finalizar, es importante resaltar que es necesario vincular a los estudiantes en la actividad experimental pero no en un ejercicio repetitivo de pasos, sino que sean capaces de proponer sus propios montajes experimentales y construyan conocimiento por sí mismos, esto se puede lograr relacionando al estudiante con los diferentes laboratorios virtuales dados por los simuladores. También, el uso de simuladores es una gran herramienta en las ciencias cuando en el aula de clase no se puede replicar un fenómeno natural, es una forma muy dinámica de relacionar al estudiante con lo que él no puede observar a simple vista generando que tenga una mejor comprensión de las ideas abstractas que generalmente exponen las ciencias.
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